Hoy a las 13:00 horas salía el vuelo donde mi sobrino Yuse volvía a Campinas luego de casi 30 días de pasar junto a sus padres, hermanos y familiares, sus vacaciones del 2008. El se fue a estudiar postgrado en julio del 1998 a la UNICAMP (universidad estadual de Campinas), luego de terminar maestría y doctorado en ingeniería electrónica se casó, y ahora reside en la pujante ciudad de Campinas, del estado de Sao Paulo.
Recuerdo su llegada a esa ciudad cuando yo estaba concluyendo mi doctorado en física (en esa universidad) y los momentos que pasamos tanto en la ciudad universitaria cuando me ayudaba a preparar mi presentación de la tesis controlando los tiempos mientras exponía, a modo de entrenamiento; luego en el departamento preparando la comida o saliendo a comparar en el mercado. Él como muchos jóvenes se fueron a estudiar pero nunca mas volvieron; el Perú se ha convertido en exportador gratuito de talentos. Aunque ellos aman a su patria prefieren Brasil, porque les dio la oportunidad de formarse a un gran nivel, luego alcanzar el soñado doctorado y finalmente tener trabajo. Seguramente su agradecimiento es inestimable si además constituyeron un hogar y tuvieron hijos maravillosos.
Cierto es que quedamos tristes por su partida, pero en el fondo también estamos alegres, al comprobar que su presente es bueno y su futuro será mejor. Durante su estadía tuvimos tiempo para reír, comer, bailar y conversar. Motivó a que toda la familia volviéramos a encontrarnos tanto por navidad como por año nuevo, cosa que no lo hacíamos con frecuencia. En base a estas reuniones surgieron ideas de fortalecernos más como familia y tratar de emprender juntos alguna empresa, con lo que el futuro nos alcance mejor preparados y nuestros hermanos y sobrinos trabajen por una causa familiar. En nuestra memoria quedará el baile de marinera, que siempre fue tu característica, como campeón de Trujillo en tu niñez, junto a Carlita, la imagen presente de nuestro querido Miguelito. O la noche de billar en Pueblo Libre, donde volvimos junto a Nei y Joselín años de anécdotas, reímos y cargamos baterías de alegría como para soportar las vicisitudes que seguramente enfrentaremos.
Tu presencia nos ha devuelto tu imagen de joven correcto, alegre y cariñoso y ha permitido que la familia renueve amor y esperanza. Vuelves con nuestra bendición y espíritu para que sepas que adonde fueras estaremos junto a ti. Hasta la vista Yusef.
Lima, 20 de Enero de 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario