jueves, 13 de noviembre de 2008

Bogotá Calles de Historia y Hermandad

Las nuves sobre las cimas de los verdes cerros que protejen esta ciudad, identificada plenamente con Bolivar, con la independencia y la alegrìa. Me recuerdan las cumbres de mi infancia, allá arriba la iglesia de Monserrate, con los aliscafos trepando, unen em mi mente, mi ciudad natal de Chiquián y su Capilla Punta, con la modernidad de esta capital; de un lado mi madre arriando a canelita que en pago a su amorosa ama, devolvía para sus hijos su leche vitamina de vida; y de otro el sueño de ver algún día a mi pueblo surcado de tecnologías que sus hijos le daría en un futuro cercano.
Sus calles angostas, alrededor del Centro, de apariencia sólida, color a piedras calizas, marmóreas, pareciera que Bolivar estuviera en cada esquina, seguro, fuerte, claro. Libertador no solo de paises sino fundamentalmente de pensamientos atávicos. Los truenos y lluvia combinados con un sol radiante, todo en un mismo día, nos advierte que la vida nacerá y existirá en estas tierras, por siempre, aún cuando algunos de sus hijos equivocados, impidan vivir en paz y amor. Cada piedra de tu hermoza plaza de armas es parte de la américa del sur, que apesar de las bombas de los M19 o las FARC, seguirán llamándonos a ser libres, rebeldes pero cariñosos, exigentes pero alegres y que al son de un vals o una cumbia, con los bombos de la U y el Nacional, saldremos a bailar y gritar que desde Boyacá a Ayachucho la américa quiere unidad, paz, progreso y vida.

Bogotá, 13 de noviembre de 2008.

Se Puede Explicar Pero No Justificar

Mientras escuchaba la radio en el programa de Vladi, luego de Basilio y Victor, nuevamente, nuestros amables y bien escuchados locutores, nos invitaban a participar el presente domingo, 9-11-2008, y también el siguiente, a un encuentro conprovinciano (Bolognesi, Ancash). Citaban al conocidísimo local, "Complejo Huasta", igualmente otras actividades, citaban al "Club Cajacay", "Club Cuspón" etc. Agradecían, a quienes habían tenido la amabilidad asistir y colaborar (significa comprar cervezas) la semana pasada y también la anterior (dos semanas atrás). Esto mismo se repite, todas las semanas del año, actividad aquí, actividad allá, apoyo al amigo uno, el otro al amigo dos etc. Si no asistes, puedes quedar marcado como desleal, sin amistad, ingrato, es decir todos los adjetivos negativos. Mientras las propagandas grabadas, sonaban anunciando la presencia de diversos artistas, para uno de los eventos, me preguntaba: ¿Qué está pasando en estos tiempos a los conprovincianos?, ¿Siempre nuestras actividades se circunscribieron, únicamente, a estas fiestas?, ¿Nuestros padres, y paisanos de diversos tipos de ocupación y poder adquisitivo, también estuvieron en estas reuniones?, ¿Porqué no los vemos con frecuencia a los conprovincianos que tienen altos cargos publicos, jefaturas universitarias, grandes empresas?, ¿A dónde están los jovenes profesionales y jovenes universitarios, porquè no frecuentan estas fiestas?. Estas preguntas nos llevan a pensar que algo anda mal, o nos estamos volviendo, extremadamente irreflexivos y superficiales para confrontar la vida de nuestros pueblos, o estamos retrocediendo en la construcción de instituciones, con ciudadanos preocupados por el desarrollo de la sociedad. Así como hay infinidad de eventos para estas comvocatorias donde el ruido de la banda de músicos, la cantidad de cervezas circulante, no dan espacio para hablar de temas importante. No tenemos espacios para discutir temas relacionados con el futuro de los pueblos, como son los niños y los jovenes, el empleo, el transporte, etc. Entonces, ¿de qué realmente nos sirven estas reuniones si no pensamos ni el el presente de nuestros pueblos, sobre el que solemos decir "lo queremos mucho", y menos en su futuro?. Si alguien nos dijera que, lamentablemente, es la expresión cultural de nuestros pueblos, entonces le respodería con otra pregunta: ¿Me quieres decir que es la ùnica?. Eso no es cierto. Hay otras maneras, espacios, oportunidades, donde nuestros pueblos, debieran dejar huella de su espíritu luchador, trabajador, justiciero, educador, etc. y la mayoría reconoceríamos que efectivamente hay otras manifestaciones culturales que las estamos olvidando, y conforme las posterguemos, contribuiremos a su desaparición. Ellos involuntariamente nos dicen que la única opción es la asistencia a los eventos, de banda y cerveza y en verdad parece que captan mucha gente, porque dicen que les fue muy bien. En cambio aquellos que optamos por promover las otras maneras de representación de nuestros pueblos, terminamos ahogados por navegar en contracorriente. Talvez aún no hemos perdido la guerra, busquemos algun punto de encuentro, donde se privilegie la argumentación, el análisis, la conversación de temas serios, que nos den cierta confianza en el futuro que cada día se deja notar,necesita del conocimiento y sus aplicaciones. A ellos los convoco y nos convocamos a asistir a algun evento donde esté prohibido la venta de cervezas, y la entrada sea que los padres ingresan con sus hijos universitarios. Entonces volveremos a creer en la grandeza de nuestros ancestros y su sabiduría, en tranformar la naturaleza en riqueza, mental y espiritual que es la que perdura y triunfa.

Bogotá, 13, 11, 2008

(Estoy en una cabina del hotel, y me di tiempo para escribir esta nota que la tenía en borrador en mi cuadernito, dado que comenté en mi casa, con mis hermanos el tema, les prometí escribirla)

lunes, 8 de septiembre de 2008

Sabor a Mar y Cumananas

Siendo este fin de semana (12 y 13 de julio) el último de las 5 sedes, que me tocaba visitar en el interior del país, dentro de mi trabajo de consultoría a la CAF y la USMP, me suscitaba cierta satisfacción y nostalgia a la vez, lo primero porque me permitiría conocer todas las regiones del país, y lo segundo porque terminarían mis viajes de “cronista” superficial, y con ello las posibilidades de compartir notas semanales sobre temas distantes del rugir cotidiano-capitalino, de la política y la farándula.

Con el anhelo de nutrir la mente y el corazón con los últimos sorbos de la realidad y cultura peruana, guardadas en los platos, las calles, las plantas, los mercados, las iglesias, las plazas, la música y las personas -de los lugares maravillosos que tiene nuestro Perú- nos embarcamos desde el moderno Jorge Chávez y después de casi dos horas de vuelo descendimos en el aeropuerto Pedro Cangas de la ciudad fronteriza de Tumbes a las 18:30 horas. Entonces, un aire tibio nos abrazaba en una cálida y amistosa recepción, los 25°C anunciados en la nave era la temperatura perfecta, para ir adaptándose al calor que seguramente sería fuerte durante el día.

Los pasajeros y visitantes conocedores del lugar, mientras recuperaban sus maletas, se apresuraban a untarse los brazos, las piernas, el cuello, la cara, las manos, con repelentes, cosa que uno no percibe, ni le presta atención, sino hasta cuando sales del aeropuerto a tomar taxis, allí los mosquitos y zancudos te reciben con picaduras inamistosas, compitiendo “pico a pico” con las hordas de chóferes que se te abalanzan por llevarte a la ciudad. Nuestro taxista, durante el camino, nos comentaba que esos bichos se deberían a que cerca están campos de arrozales donde abunda agua empozada, pero en la ciudad no ocurriría eso. Luego de 30 minutos a través de abundantes árboles de algarrobo, de tamaño mediano, ingresábamos a la ciudad vía la avenida principal llamada Tumbes, que es la continuación de la carretera panamericana norte. Los abundantes mototaxis, automóviles, restaurantes y tiendas iluminados con luces multicolores, anunciaban que la actividad principal es el comercio, un lugar especial de transito e intercambio de productos entre Perú y Ecuador. Luego de algunos intentos, nos establecimos en un hotel, agradable, decente, el Hotel Feijoo, de la calle Bolognesi, a una cuadra de la plaza mayor, los 70 soles por noche, para una habitación simple, con aire acondicionado producido por un equipo bullicioso, incomodo pero necesario, sin desayuno incluido, nos pareció excesivo. Nuevamente nos quedaba la impresión del poco buen trato al turista en muchos lugares del país, a pesar de la amabilidad y tonada norteña que advertimos en los jóvenes que nos atendieron.

Como lo habíamos observado en las diversas plazas de las provincias, aquí también la plaza mayor - o plaza de armas o plaza del Gran Chirimasa (en homenaje al Príncipe Tumpis, fundador de esta ciudad)- reune a los habitantes que se dan cita para caminar, conversar y a los jóvenes a entablar conquistas amorosas. Mientras tanto, los niños juegan en el amplio piso de losetas limpias y brillantes, que no habiendo fuente de agua en el centro, la convierte en un gran auditorio, un extenso teatro al aire libre, que se ve complementado con el escenario y concha acústica construido para este fin. Tal como ocurrió el viernes por la noche, con el aniversario de un colegio, que presentó a sus alumnos interpretando, danzas, cantos y poesías, todo muy entretenido, pero con un volumen demasiado alto, incomodando a los asistentes a los restaurantes, bares y en especial a los fieles de la iglesia catedral. Mientras el bullicio colmaba la plaza, en el restaurante “Gustitos” recomendado por el hotel, saboreábamos un riquísimo filete de lenguado y luego un picante de mariscos. Para el día siguiente y con el sol a punto postergamos el ceviche de conchas negras, plato representativo de Tumbes, de la misma forma que lo son otros, basados en productos marinos. Aquí vale la pena decir, !!del mar la olla!!. Los precios no eran nada cómodos, cada plato costaba 20 soles, imagínense, si el costo de un ciento de conchas negras, nos comentaban, es de solo 20 soles, y un plato no trae mas que una docena, qué ganancia.

Buscando información sobre Tumbes, preguntábamos por librerías, sin embargo nos fue imposible hallarlas, en el formato de una librería de Lima. La mayoría de las denominadas librerías solo son para la venta de útiles escolares y de oficina, no hay libros, por ello, nos sorprendió gratamente hallar la tienda llamada, Feria de Libros, en medio de los vendedores de CD, DVD, de música y películas. La tienda era grande, comparada con tiendas similares en provincias, era la versión provinciana de las librerías Ghandi mejicanas. Lo destacado de ella es que hay todo tipo de libros, desde escolares, preparación preuniversitaria, chistes clasificados, decoración, poesías, literatura, pensamientos, repostería, hasta los consagrados como Vargas Llosa, pero todos en versión muy simple, tanto en la calidad del papel cuanto en la pasta, parecían “piratas”, de otro modo no podrían costar 2, 3 o 5 soles, el mas caro no pasaba de 20 soles, de modo que con 50 soles salimos muy bien reforzados. Sin embargo me pareció estupendo esta forma de poner libros de cierto nivel al alcance de los sectores de bajos recursos, aún cuando las asociaciones de autores apelen a las reglas del mercado formal y exijan pago por derechos de autor, presumo o casi estoy seguro que los propios autores aceptarían que es mejor que los lean y, que si no pueden pagar ciertos sectores de la sociedad se les regale o accedan gratuitamente. Lo que realmente importa es que el pueblo se informe y sea mas instruido y con ello se facilitaría el movimiento de la rueda virtuosa de educación, desarrollo y gobernabilidad democrática.

En este rápido recorrido por la ciudad de Tumbes, lo que más me llamó la atención por su autenticidad y novedad, no fueron los sabrosos potajes marinos ni ceviches ni parihuelas, sino las poesías denominadas Cumananas, jamás las había escuchado. El nombre se me había gravado cuando pregunté a los alumnos sobre expresiones culturales auténticas. Leyendo el material que dispongo, me entero que son una forma de componer poesías, originarios en los cantores rurales de Piura y Tumbes, ellos las construían mientras arriaban sus animales, montaban acémilas, festejaban aniversarios, reuniones, discusiones y luego al hospedarse en las diversas localidades las difundían e intercambiaban. Estos cantos recibieron diversos nombres: décimas, tomadas, versadas, cantadas, negradas, arrieras o lisuras. Efectivamente las madres la consideraban lisuras, por lo que prohibían aprenderlas a sus hijos. Si alguien duda de esta calificación extrema, lean la siguiente tomada:

El que pobre y cojudo,
ese al cielo no va;
lo joden aquí
y lo joden allá.

Las Cumananas son una manera de comunicarse en esta zona, como lo sería el Huaylas en Huancayo, el Yaraví en Arequipa o la Chuscada en Huaraz, es el habla del poblador del campo. Ellos expresan su concepción de la vida, talvez distinta a la nuestra. Sus expresiones son simples pero muy sinceras:

Señor, no sé ler ni escrebir
con mi memoria luyecho,
con mi pensamiento digo
lo que siento en este pecho.

A modo de conclusión tenemos que reconocer que hay mucho que aprender de la sabiduría popular, Tumbes nos espera y que, no solo es Punta Sal, Puerto Pizarro, Mancora o Zorritos, también es poesías, leyendas y Cumananas. Visitémosla y deleitémonos con toda su espléndida cultura.

Para finalizar y cerrar el Zaguán les dejo con estas Cumananas.

Quién me quita que te quiera,
quién pone dominio en mi:
si para servirte nací
a pesar de cualesquiera

Del norte te vengo a ver,
cruzando el ancho mar,
al verte a otro queriendo:
triste me pongo a llorar.

Silencio pido al silencio
para silenciar mis males
porque en ciertas ocasiones
el silencio es el que vale

Si algún comprador intenta,
la flor de vuestro corazón:
dile que compre otra flor
que la tuya no es de venta.


Tumbes, 13 de julio de 2008

Una Recompensa Inesperada

Muchas veces hemos oído frases como “los arequipeños son mala gente” o “no son afables”, hoy puedo decir que eso no es cierto. Era la quinta sede que visitaba dando conferencias por la CAF. El primer día –sábado 05/07- los casi 50 participantes habían soportado un trabajo intenso, comenzamos la faena a las 9:00 am y terminamos como a las 19 horas; luego este 2° día, domingo (6/7), de manera similar desde las 9 am hasta las 18 horas. A las 9:25 am, mientras tomaba la prueba de evaluación, di un “salto” hacia un locutorio cercano para comunicarme con Lima y abrir puntualmente el espacio radial dominical del Zaguán de Oro Puquio, donde luego de transmitir a mis oyentes mis primeras impresiones de la ciudad blanca, muy, muy superficial, saludé a los maestros de la provincia de Bolognesi y a los de mi casa, por su puesto, (mi padre, dos hermanas y un cuñado).

En la noche de ayer (sábado), mientras preparaba el mensaje de hoy (domingo), me preguntaba, ¿Porqué solo nos recordamos y los homenajeamos a los maestros de primaria?, ¿Qué de los de secundaria, y peor aún con los de la universidad?. Me di alguna explicación, será porque el niño (primaria) por su edad esta para cuidarlos y tratarlos con mas dulzura y delicadeza, mientras que para los de secundaria, en tanto mas grandecitos y respondones, antes de tener malas experiencias, el profesor solo cumple con su materia y por ende la relación es menos estrecha, esta distancia es mucho mayor en la universidad. Me dormí no sin antes dar muestras de cierta pena y disconformidad al entenderme y reconocerme un profesor de universidad, y por ello talvez, sin motivos para los recuerdos en las memorias de los alumnos.

Así transcurrió el día entre exposiciones frente a la pizarra, indicaciones, respuestas o consultas durante los trabajos grupales. Mientras ellos trabajaban me daba, de rato en rato, un tiempo para salir a la azotea del predio donde estaba el auditorio, y miraba al Misti, altísimo, sin su copo de nieve, sus pendientes de tierra estéril grisácea oscura, incitaban a pensar y preguntarse ¿A dónde radica su belleza?. Si no tiene árboles, ni caídas de agua, ni animales, ni flores. ¿Es eso bello?. Entre esas idas y venidas buscando en el Misti la explicación a su grandeza, comprendí, que su belleza, está en el significado que el arequipeño tiene de él, es el fondo permanente a cualquier foto que se tomaron sus abuelos y toda la descendencia, es el símbolo distintivo de las postales, es la fuente de inspiración de sus poetas y también el cuño de su valentía y radicalismo.

En medio de esos devaneos, de caminatas caóticas, fui sorprendido por uno de los alumnos, con la solicitud de otorgarles unos minutos que ellos deseaban decir algo, siendo tan cortos minutos que se perdería, accedí; pero grande fue mi sorpresa, cuando uno de ellos se dirigió a mi persona a nombre de todos los participantes y entregándome un regalo me expresó “feliz día maestro”, ellos sin saber habían cubierto la nostalgia de ayer y me habían devuelto la alegría de ser maestro o mas ciertamente profesor, a pesar que solo estuve con ellos 2 días, y como ratificando que el arequipeño es grato me colmaron de alegría cuando me dedicaron en coro tres hermosas canciones representativas de esta bella ciudad: Volver, Melgar y Silvia, conteniendo mi emoción agradecí y para mis adentros quedó burilado que los arequipeños son afables, son gente. Viva Arequipa.


Arequipa (aeropuerto), 06 de julio de 2008

Huancayo Libertad y Comercio

No hay peruano que no sepa de la Batalla del 6 de Agosto, el Convento de Ocopa, las Cuevas de Huagapo, la laguna de Paca, el baile del Huaylas, la Mulisa, la Chonguinada, las truchas de Ingenio, o los cantantes como el Chato Grados, la Flor Pucarina, etc. , todo eso y mucho mas es Huancayo.

Desde Lima en una pequeña avioneta de 12 pasajeros en tan solo 40 minutos de vuelo suave arribamos a Jauja a las 9:42 minutos; luego de una hora en taxi entrábamos por la avenida Real a la ciudad de Huancayo. Había estado por aquí el 2000, en estos 8 años la ciudad ha cambiado, se ha modernizado, el comercio como actividad principal impresiona a lo largo de su principal avenida, cuyo nombre recuerda el Qhapaq Ñam o Camino Real Inca, sobre el que se habría levantado esta avenida, que hoy también es la continuación de la carretera central que sale desde Lima. La constelación de tiendas, restaurantes, bancos, casas fotográficas y tragamonedas, no se ven eclipsadas, por suerte, de mototaxis, a diferencia de Pucallpa o Iquitos, debe ser por el frío, dándole mas jerarquía y apariencia de modernidad. Con tres soles te desplazas a cualquier lugar por taxi que, para variar, son de modelo “station wagon”, color blanco y timón cambiado.

El nombre de esta ciudad, a decir de la referencia que tengo en mis manos, proviene del nombre preinca del lugar que se llamaba Huancayok, donde habría habido una pequeña laguna en cuyo centro existía un piedra de regular tamaño considerada como sagrada. Huanca significa piedra, yok indica posesión, entendiéndose así como “que posee piedra”, que para el caso sería sagrada. En el camino de los incas desde Cuzco a Quito, Huancayok quedaba a un centenar de metros de esta gran vía, el lugar era conocido como Huamanmarca (sitio de parada de halcón), este lugar se convirtió en lo que es el centro de la ciudad.

En las noches como en toda ciudad donde se mueve mucho dinero, hay variadas discotecas, el jirón Puno en las noches destellan luces multicolores invitando a pasar. El frío para una ciudad de 3380 m snm, no es tanta como en mi tierra Chiquián (3350) o en Cuzco (3400), lo que permite caminar y visitar tiendas, restaurantes o dar un paseo por la plaza de armas llamada Constitución, en recuerdo a que en esta casa situada en la esquina de la plaza se dio en 1813 la jura a la constitución de Cádiz de 1812. En el centro de la plaza está el monumento a Ramón Castilla, en homenaje a que desde aquí el 3 de diciembre de 1854, siendo presidente provisorio, dio su proclama de la libertad de los esclavos, en la base del mismo se lee:

“Articulo único: los varones y las mujeres tenidas hasta ahora, en el Perú, por esclavos o por siervos libertos, sea que su condición provenga de haber sido enajenados como tales o de haber nacido de vientres esclavos, sea que de cualquier se hallen sujetos a servidumbre perpetua o temporal; todos sin distinción de edad, son desde hoy para siempre eternamente libres”.

Las noches en las plazas de las provincias convocan a la gente a caminar y conversar, en especial a los jóvenes. A diferencia de Pucallpa, aquí todo está limpio, las ropas que usan los transeúntes hacen notar que aquí hay mayor poder adquisitivo.

No podría irme de esta hermosa ciudad sin tomar un desayuno en el mercado con el típico caldo de cabeza o mondongo, o el patache (trigo con karán -pellejo de chancho); para el almuerzo una entrada de papa a la huancaína, todo un símbolo de la gastronomía peruana, y como plato de fondo la pachamanca.

En la noche mientras cenábamos, calentados por leña, en el cómodo restaurante La Cabaña, conversábamos sobre sus productos de mayor realce, ellos me citaban a la papa, maíz, zanahoria, trigo, cebada, frijoles y recientemente la alcachofa y por su puesto las truchas de Ingenio, que la consideraban la mejor del Perú, hoy se exportan en enlatados. Entre sus personajes ilustres recordamos con admiración a Juan Parra del Riego, Ramiro Prialé, Zenobio Daga (músico), Josué Sánchez (pintura) o Valdemar Espinoza (historiador). En el deporte, especialmente corredores de largas distancias, como Florinda Camayo, Hugo Gavino o Inés Melchor. Nos aseguran que en Huancayo los 365 días del año son fiestas, por lo que somos los que consumimos mayor cantidad de cerveza que cualquier departamento, de ahí nuestra fama. Somos de competencia cosa que se manifiesta de forma particular durante los matrimonios con la Palpa.

En estos cortos dos días de conversaciones amenas, me llevo la impresión que nuestros amigos huancaínos, son personas muy gratas, alegres y conversadoras, muy orgullosos de sus costumbres, de su música, de sus danzas, de ser descendientes de una nación de guerreros indomables, los Wankas, de cuya prestancia la ciudad es considera La Incontrastable. Una ciudad de libertad y comercio.

Cierro el Zaguán haciendo notar que este potencial que tiene Huancayo necesita de fortalecer sus capacidades de transformación, que solo se consigue utilizando el conocimiento, fundamentalmente, ciencia y tecnología (me vuelve a la mente la sentencia del presidente Lula, “seremos un país desarrollado cuando exportemos conocimiento”). Esta debilidad se refleja en la escasez de grandes empresas industriales, cosa que sucede en muchas partes del país, particularmente en la sierra, donde la economía está basada en la extracción minera o venta de productos sin procesarlos. Este es un indicativo que estamos desaprovechando los tiempos de auge para sembrar bases de un desarrollo sostenible.

Y mientras cae el telón me despido con las letras de la hermosa y representativa canción del centro “Jauja” de Juan Bolivar:

Jauja, ¡qué dulzura!,
Rinconcito de mi valle que yo quiero.
Pedacito de cielo, alegría del corazón.

Eres, por tu clima,
el orgullo de mi patria,
¡qué fortuna!

En el mal un consuelo,
en la vida una esperanza.

Recordaré a mi tierra
y a mi linda paisana
como la flor más querida
que en mi vida llevaré.


Huancayo, 22 de junio de 2008

Pucallpa un Abrazo de Sol

Mientras el avión afianzaba su altura, luego de dejar el aeropuerto Jorge Chávez, comenzaron los incómodos sacudones, entonces, volvió a mi mente, el vuelo fatídico del equipo del Alianza Lima, aquel 8 de diciembre de 1987 (el Fokker F-27 de la Marina de Guerra), cuando retornaban de Pucallpa, la ciudad a la cual, precisamente, estábamos yendo. Ciudad selvática por la que muchos tenemos imágenes prejuiciosas como hacia la mujer “charapa”, o que habiendo tanto calor y lluvia, el trabajo es solo a “media máquina”.

Ahora, que por trabajo he venido a visitarla, compruebo que mucho de lo dicho es fantasía. Las mujeres son tan o mas serias que en cualquier lugar del Perú, que el calor con su 25°C a 40°C, las obligue a caminar con menos ropa y mas livianas, no las hace mas fáciles, sucede lo mismo que en Lima, cuando llega el verano. El abrazo que ofrece Pucallpa, a diferencia del Cusco, es que aquí, el sol te abraza y no te suelta, te empuja a refrigerarte a cada instante, particularmente a los foráneos o no adaptados. Por esta ciudad se abren las puertas del gran río Ucayali, proveedor de vida, de peces, de frutas, de árboles y transporte.

Pucallpa, en quechua significa, tierra colorada (puca: rojo, hullpa: tierra), es una ciudad pujante, en permanente movimiento, en el día sus calles principales se repletan de miles de cigarras electromecánicas, como son los mototaxis y motocicletas, que para conversar, tienes que gritar. Una contaminación tan peligrosa cuanto el humo de motores. Estos vehículos, se han adaptado tan bien al medio, que los pasajeros la prefieren, porque les alivia el calor, a pesar que el viento les sople con tanta fuerza la cara, que el pasajero prácticamente viaja con los ojos cerrados, mientras se mueven entre el polvo y el ruido ensordecedor. De esta manera, se movilizan casi la totalidad de sus 180 mil habitantes.

Los nombres selváticos suenan agradables, extraños, exóticos, casi desconocidos por los costeños y serranos, por ejemplo, frutas como, arazú, copoazú, macambo, aguaje, unguravi. O peces como, doncella, dorado, chiripiva, paiche, palometa, yulilla, carahuaso, saltón. O en bebidas como, masato, aguajina, chapo. Y cuando se está en Pucallpa, no se puede dejar de visitar los mercados donde se preparan los famosos “viagras selváticos”, mas bien exagerados en su efectividad, como el RC, parapara, leva, etc. , que vienen a ser combinaciones de cortezas, frutos tropicales y raíces de plantas, como el chuchuwasi, clavohuasca, hultuchado, con aguardiente puro de caña. Que a decir de los expertos, no pasa nada. Talvez el única eficaz sea el retoño de la caña brava que crece a las orillas del río, me comenta el cocinero del restaurante del hotel Virrey, donde me hospedé, Jr. Tarapacá 945.

Hurgando en la historia, encontramos que se fundó el año de 1883, en la época del auge comercial del caucho, hoy, es la capital de la región de Ucayali y de la provincia Coronel Pedro Portillo Silva. Es el enlace por carretera con Tingo María, Huánuco, Cerro de Pasco y Lima, único camino para que la madera aserrada llegue a la capital de la república. También, diremos, que sus escasos 90 km que lo separan de Brasil (Cruzeiro do Sul) hace que los vuelos desde el aeropuerto sean baratos y rápidos, cosa que no ocurre ni por tierra ni por río.

Pero, en medio de ello, todas las noches en la plaza de armas, se reúnen los pobladores menos pudientes, aquellos que adolecen de entretenimiento (radio, TV) en sus hogares. La inmensa plaza de unas 1.5 Ha., se llena de ambulantes, que expenden sus simples productos tirados en el piso, o anticucheras, o vendedores de huevo duro, niños vendiendo gelatina, en uno y otro lado están grupos rodeando a charlatanes, otros a predicadores, y lo mas concurrido es la rotonda, ubicada en la esquina de la plaza, donde los cómicos ambulantes, hacen reir hasta al mas serio, que por mas que aprietes el puño, no lo logras ante tan creativas ocurrencias. Estas escenas nos vuelven a la realidad y nos pintan la cara diciéndonos que ésta es exclusión, ésta es extrema pobreza, que tienen rostro de niños, de mujeres y de indígenas.

Viéndolos a ellos, de cerca, nos conmueve el corazón, y también, nos motiva, a conocerlos, ayudarlos y defenderlos para impedir que sean echados de sus territorios, con desprecio, arrogancia y engaños, bajo el mensaje de mayor progreso y desarrollo que nunca los alcanza. Por el contrario aumenta la deforestación y las zonas urbanas siempre en su desmedro.

Cuando vemos esta situación y la comparamos con los barrios exclusivos de Lima, como San Isidro, Casuarinas, Chacarilla, Planicie, etc., nos damos cuenta que en el Perú hay muchos ricos, pero muchísimos mas pobres, que no solo nos remecen la conciencia, sino que nos convoca a la acción, a volver la mirada hacia ellos, a los excluidos, a los que, independientemente del gobierno de turno e ideología, siempre se los ha olvidado, son consecuencia de siglos de centralismo y explotación.

Por eso estimados oyentes, salgamos desde nuestros “palacetes” capitalinos al encuentro de ellos, visitemos el interior del país, subamos cerros, caminemos arenales, visitemos la selva y allí los hallaremos, hambrientos, sedientos, enfermos o analfabetos. Si los viéramos, seguramente se convertirían en impulso que nos motive a trabajar mejor, a no exagerar nuestras alegrías, nuestras fiestas, a no derrochar los recursos, sino por el contrario a compartir, a guardar algo para ellos, a solidarizarnos con el mas débil, con el indígena, con el anciano, con los niños y la mujeres abandonadas.

A pesar de los años transcurridos todavía sigue vivo la convocatoria de César Vallejo: Hermanos hay muchísimo que hacer!! – y particularmente en nuestras zonas de selva y sierra alta, donde nuestro poeta universal aún clama:

Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
me pesa haber tomádote tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado:
¡tú no tienes Marías que se van!

Dios mío, y esta noche sorda, obscura,
ya no podrás jugar, porque la Tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura,
que no puede parar sino en un hueco,
en el hueco de inmensa sepultura.


Pucallpa, 8 de junio de 2008

Una Visita a Cusco Siempre es Ilusión

Hacer una vista a Cusco, para los peruanos, es un reencuentro con nuestra historia de grandeza y orgullo, los programas básicos que solemos construir consisten del City Tour y la visita a Machupicchu, sin embargo, cuando se va por trabajo, te contentas con mirar, desde el táxi o la ventana del hotel, las fachadas impresionantes de las construcciones Incas, los techos rojizos de las tejas, o en las noches algunas fiestas de la infinidad que tienen en Junio.

En esta oportunidad, el trabajo, me obligaba a contentarme con mirar la ciudad imperial desde el avión , porque inmediatamente a su, en el Alejandro Velasco Astete, a las 7:20 am, con 3 grados de temperatura, tomamos un taxi, para enrumbarnos hacia el Valle Sagrado, a la ciudad de Urubamba, donde luego de atravesar, chacras de cebada en época de cosecha, mirar las lagunas dadoras de vida, alimentadas de los nevados cercanos, descendimos los 1200 metros, que separan a estas ciudades, en casi una hora, como serrano de alturas níveas, el soroche eran solo palabras.

A las 9 en punto, luego de darnos un baño agradable con agua tibia en el Hostal, Pumawanka, sito en la calle La Convención, estábamos listos para iniciar las clases de Herramientas de Liderazgo, que es el primer módulo del éxitoso Proyecto, Lideres Para La Transformación Tercera Versión; este programa me ha permitido visitar casi todas las regiones del Perú, y compartir conocimiento con casi 1000 lideres naturales en las dos versiones anteriores.

También, a admirar y entender las bellezas del Perú y sus potencialidades, como es el caso de Urubamba, donde quedé muy impresionado de su mercado, grande, techado y sobre todo del gran movimiento comercial, mi pueblo de Chiquián, también capital de provincia, es un vendedor de golosinas comparado con lo que observé. Como demostrando que la globalización llegó a todos los lugares del país, comimos, en la noche tibia, unas pizas horneadas al contacto de la leña, que acompañados de un buen tinto Navarro Correa, recordábamos las costas del adriático, sinceramente, eran tan o más sabrosas que los restaurantes italianos.

Cuando veo nuevamente a nuevos jóvenes, adultos, alumnos, profesionales, técnicos, artesanos, agricultores, todos líderes de diversas organizaciones (parroquias, asociaciones, clubes de madres, partidos políticos, gobiernos locales, sindicatos etc), animosos, alegres, entusiastas, reunidos para dedicarle horas de estudios, discusión y participación, los sábados y domingos, me devuelve la esperanza y convencimiento, que sobre ellos realmente se sustenta el progreso del país.

Ellos siendo conductores de sus organizaciones, son los líderes que nos hacen falta, porqué están convencidos que, en la actualidad, no vasta tener condiciones naturales de liderazgo, para enfrentar los cambios tan rápidos observados en la sociedad mundial, nacional y local, sino, también se requiere aprender nuevas herramientas, adquirir mas información, compartir experiencias y construir nuevas alianzas para enfrentar de forma colectiva los grandes retos de equidad, lucha contra la pobreza, respeto al medio ambiente, el cambio climático, empleo, servicios básicos y que a la vez, nos redoble esperanzas de un desarrollo construido, que garantice la vida de nuestras posteriores generaciones. Estas dos aspiraciones de cohesión social y desarrollo sostenible, serán realidad si fortalecemos los dos pilares sobre los que ellos se sustentan las Capacidades de Organización y las Capacidades de Transformación.


Urubamba, 01 de junio de 2008

lunes, 7 de abril de 2008

Promocion de la Ciencia en Provincias

LA CIENCIA EN LA EDUCACIÓN PLANETARIA

Por Agustín Zúñiga Gamarra


Cuando vemos los espléndidos nevados del Huayhuash[1], y los rayos de las tormentas que surcan el firmamento, o las noches limpias con estrellas refulgentes, nos embelesamos de la naturaleza y nos extasiamos del asombroso y maravilloso universo.

¿A dónde comienzan o terminan las estrellas?, ¿De dónde vienen las luces de los rayos?, ¿O porqué tienen hielo algunas montañas?. Son preguntas que nos hacemos desde la niñez, porque tenemos la libertad de jugar no solo con nuestras manos sino fundamentalmente con nuestra mente, sin embargo conforme pasa el tiempo, el niño crece y deja la niñez, ahora es adolescente y luego joven, conforme crecía, sus preguntas se fueron apagando, su ojos mirando lo mismo dejaron de trascender cumbres, ahora ve mas cerca, tanto como se lo permite la escuela o la familia. Así, adulto, sus preguntas no superan la cabina telefónica o la combi repleta de pasajeros, está preocupado por el día a día, las deudas, el trabajo y otros, al fin, se ha convertido en un habitante de habitaciones cerradas, no mas oportunidades para ver estrellas, ni montañas, hoy está “preso” en las “celdas” de cemento, a lo sumo se conecta al mundo vía el computador.

Ustedes me dirán estimada audiencia, ¿Cuándo y porqué comenzamos a tener temor a hacer preguntas?, ¿Cuándo perdimos nuestra creatividad?, y ¿Cuándo preferimos mirar el mundo virtual que el mundo real?. Alguien podría responder, desde cuando iniciamos la escuela. Otro dirá desde cuando nos castigaron por no seguir destruyendo nuestros juguetes. O, talvez, desde cuando nos castigaban por hacer preguntas difíciles a los padres delante de sus amigos.

No importa cuando, lo cierto es que perdimos paulatinamente la capacidad de hacer preguntas. Nos hemos acostumbrado, hoy con la solvencia tecnológica, a hallar respuestas, el computador está lleno de respuestas, no hay máquinas para hacer preguntas. Por eso debemos volver a preguntarnos, debemos reimplantar la cultura de la interrogación, y hallaremos que ellas, traen avances mucho mayores que catalogar y acumular respuestas. Hacer preguntas es tener curiosidad y esa es la esencia de la ciencia, de la investigación científica.

Cuando vemos la naturaleza nos deleitamos con el aroma de las flores, nos regocijamos escuchando el canto de las aves, o gozamos con la danza de un colibrí, todas nos parecen obras perfectas, todas sus partes se sincronizan para dar una totalidad que nos maravilla. Ellas no se presentan separadas, estancas, lo físico, lo biológico o lo artístico. La estructura mas compleja el hombre, también es una unidad. El afán de la comprensión de esa naturaleza, y las limitaciones humanas, llevaron a simplificar las cosas, y entonces se separaron lo material de lo no material. Surgiendo la separación de las ciencias naturales y humanas. Las artes, la literatura, la sociología, la psicología se distanciaron de la física, química y biología. Se nos impuso un universo, un mundo, desarticulado, partido y por ello los problemas los vemos según nuestras apetencias e intereses, y talvez por ello, estamos hoy, con la tierra y la humanidad en riesgo.

Hoy necesitamos mirar a la educación con carácter planetario, comprender que los problemas son globales, pero en esa globalidad lo local se destaca y se complementa. Por tanto la educación tiene que fortalecer la sobrevivencia, la sostenibilidad, la interdisciplinariedad y el acercamiento entre las partes para aceptar que nos necesitamos, que somos complementarios el uno del otro y consecuentemente se debe mirar a la tierra como un todo y en cada una de sus partes reconocer el todo (visión holográfica y planetaria). Así, promovamos la integración entre las ciencias naturales con las humanas y enfrentemos los problemas universales juntos. La casa de la ciencia[2] que presentamos, promoverá esa orientación. Sean bienvenidos todos, también los amantes de la poesía y narrativa, porque ellos también deberán comprender y usar la ciencia y el método científico.

Chiquián, 05 ade abril de 2008

[1] Huayhuash. Nombre de la cordillera que se encuentra ubicada en la provincia de Bolognesi (capital Chiquián), Ancash. Tiene como pico más alto y reconocido al Yerupajá con 6632 m snm.
[2] Se inauguró, el Centro Provincial Interactivo de Ciencia Tecnología e Innovación Para Todos (CECTI), el día 05 de abril de 2008, en la ciudad de Chiquián. El local fue construido por la municipalidad de la Provincia de Bolognesi, y el equipamiento fue adquirido vía un proyecto de cooperación con UNESCO. El acceso es libre a toda la sociedad, particularmente a los niños y jóvenes. En este espacio el saber se aproxima al hacer, menos fórmulas, mas manipulación, menos pizarra, mas entretenimiento.

Centro Interactivo de Ciencias

CIENCIA Y TECNOLOGIA EN CHIQUIAN


Por Agustín Zúñiga Gamarra


Sabiendo que en nuestros pueblos hacen falta servicios básicos como agua potable y alcantarillado, postas médicas, oportunidades de empleo, etc. Pareciera una candidez llevar un Centro de Promoción de la Ciencia, para los niños y jóvenes.

Sin embargo, creo, que en el sentimiento de la colectividad provinciana, subyace el aprecio por la educación. Los padres, saben, y lo declaran, que desearían para sus hijos, una mejor educación. Aun cuando, ellos, no hubieran pasado por la escuela, reconocen que sus hijos necesitan ser educados, para ello deben ir a la escuela, admitiendo así como el único lugar donde podrían aprender a leer y a escribir, “a ser mejores que nosotros sus padres que no pudimos estudiar”, como ellos lo manifiestan.

Cuando hablamos de escuela, nos estamos refiriendo a un ambiente, talvez idílico, donde existe un buen profesor, equipos necesarios para darle soporte didáctico, y para que el aprendizaje sea oportuno, los alumnos están bien alimentados.

Los que hemos visitado algunos lugares del ande, sabemos que esa no es la realidad. Por el contrario, las condiciones mencionadas son las que faltan: es decir nos enfrentamos con malos profesores, escaso equipamiento y los alumnos mayoritariamente están desnutridos.

En esa realidad, ¿ Acaso lo primero no sería llevarle alimentación y después pensar en la educación, o llevarles empleo a sus padres?. La respuesta parece obvia y afirmativa. Primero se cubren las necesidades básicas y luego las otras. Sin embargo nuestra racionalidad, y la confrontación con el mundo actual, nos obligan a ir por otro camino. Por el camino de promover conocimiento, el alimento a la mente.

Cuando llevamos a la niñez y juventud un centro de la ciencia, una casa de la ciencia, no estamos desconociendo la realidad citada. Por el contrario, la enfrenta, y reconociendo que el objetivo central de la educación debe ser aprender a aprender, pretendemos que en la casa de la ciencia, el niño pueda dar rienda suelta a su creatividad, a construir proyectos diversos con sustento científico y tecnológico.

En ese ambiente, el niño fortalecerá su aprecio a la cultura científica es decir a confrontar sus problemas desde la óptica del método científico. Superar los enfoques y métodos de análisis basados en el sentido común o la tradición.

Hoy en el mundo se reconoce que hay carencia de profesionales y técnicos en ciencias, ingeniería y tecnología. Por ello el centro provincial interactivo de la ciencia que se abrirá en Chiquián es una esperanza, que con el aporte de la sociedad chiquiana, residentes y consejo provincial, se convierta en realidad por muchos años.

Lima, 16 de marzo de 2008

martes, 19 de febrero de 2008

Escuelita De Mi Vida

Escuelita Prevocacional 351 de Chiquián

Por Agustín Zúñiga


Cuando recuerdo mi infancia, en los años 60, imagino las duras y gastadas carpetas de madera, el “block” de anotaciones (denominado borrador) y los cuadernos forrados con papel azul, etiqueta roja y “vinifan”, donde trabajábamos las tareas de los cursos “en limpio”. El único libro que portábamos eran las enciclopedias, Venciendo o Fanal, los usábamos diariamente. Estaban usaditos pero bien conservados, nuestros hermanos mayores los habían cuidado muy bien y con seguridad de nuestras manos pasarían a otras, por ello estaban sin anotaciones. Con el ajado maletín de cuero que colgaba sobre nuestro hombro subíamos y bajábamos las pircas de las chacras, cuando en las guerras que a puro coyllumpi nos enfrentábamos en el bosque de don Martín Vásquez en Chiccho o cuando bajábamos a Shapash a través de enredados matorrales para un buen chapuzón. Los lápices, regla, borrador, que contenían los cuidábamos como oro, pues sabíamos de la “tanda” de las madres en caso los perdieses, a pesar de eso de vez en cuando los usábamos como arcos para los partidos de fútbol que en alguna calle iniciábamos.

La pizarra de cemento y color negro, yacía al fondo del aula, el pupitre del profesor a un costado, luego dibujos, cuadros, mapas, símbolos patrios y otros adornaban sus paredes, nuestra escuela era de las mejor acabadas en la ciudad, por no decir la mejor, su ventanas altísimas para nuestra estatura, solo servían, como debe ser, para dar paso a la luz en grandes cantidades, no para distraernos ni oír el bullicio de las calles. Allí en lo alto a casi 4 o 5 metros estaba el techo, los terrados se entrelazaban y se veían fuertes lo suficiente para darnos seguridad ante los estremecedores truenos y rayos de las abundantes lluvias de algunos meses del año. En la parte posterior del aula había espacio para improvisar ejercicios de teatro, cantos, depositar herramientas didácticas, hasta incluso montar un museo propio.

Las mañanas frías y desagradables de los lunes las iniciábamos con la entonación del himno nacional, en el patio donde todas las secciones formábamos en columnas, los mas pequeños desaparecíamos tras los mas altos. Con la voz afinada de profesores y músicos a la vez, como don César Figueroa y Oswaldo Vicuña, las voces de los pequeños gorriones escolares estremecían y alegraban a los inmensos cipreses y eucaliptos que adornaban los pasadizos, patios y el bosque de nuestra escuela.

Aguardábamos el recreo con ansiedad, la campana a mitad de la mañana, anunciaba el ¡din, don! ¡din don! de la ¡Libertad!. Salíamos cual peces en el rio, directo al bosque a jugar el subibaja con árboles caídos, o a cazar arañas y alacranes desmontando las piedras de las pircas, o jugar un partidito Cahuide - Tarapacá o Alianza – U. De vez en cuando los encuentros eran tan competitivos que algunos volvían al aula con las narices coloradas y golpeadas o chinchones en la cabeza.

Con alegría iniciábamos en la tarde nuestras clases de carpintería, el profesor Quispe sabía que con esas enseñanzas alguno de los alumnos se ganaría la vida, por eso era muy exigente y meticuloso, lo mismo pasaba con Oshva en mecánica, metiendo carbón para la fragua, martillando el latón o soldando. En zapatería don Feliciano, cual abuelito, con paciencia y regaños nos enseñaba a preparar la suela, las estaquillas, los chinches, el cáñamo, pero mientras pestañeaba preparábamos “cocos” para nuestros falsos “chimpunes”. En industria, don Cástulo, nos estimulaba a conocer y usar los colores naturales de las plantas que luego se convertirían en tizas y acuarelas. En agropecuaria, don Crisólogo, nos incentivaba a atender a los pollitos en la granja y a preparar el compus, para abonar la tierra para el almacigo y luego llevar a la siembra y alcanzar la cosecha. El curso no acababa si no participabas de la venta de los productos en la feria del mercado y reforzar la cooperativa estudiantil.

Las clases aun no habían concluido al salir de la escuela, pues ante la cercanía de una actividad deberíamos preparar una obra teatral. Nuestras madres estaban avisadas que a la salida iríamos a la casa del profesor para ensayar, allí con la seriedad de actores calificados, cantábamos, declamábamos, día tras día, teníamos que volver a encantar al auditorio del teatro municipal, y poner nuevamente en alto el nombre de nuestra escuelita 351 tal cual lo hicimos en la excursión a Huari.

Hoy mientras leía los diarios sobre la educación y las opiniones de eminencias, expertas en enseñar en escuelas privadas de mucho dinero y capitalinas todas, recordé a mi escuelita, a mis profesores don Anatolio Calderón, Jorge Bravo y Arcadio Zubieta y a mis amigos Efra, Calolo, Milo, Quique, Gela y Javi chiuchis de entonces, hoy caminantes que nos alumbran con sus huellas en la tierra y el mas allá, con nostalgia, que no significa tristeza, por el contrario, alegría, alegría por reconocer y comprobar que en ese pequeño pueblo de Chiquián, tuvimos una primaria, revolucionaria en metodología de aprendizaje, y que hoy en Lima, los mas adinerados quisieran tenerla.

¡Si o no Javi, tú que desde el infinito ves todo, sabes que mucho valió crecer en Chiquián y estudiar en nuestra escuelita 351!



Lima, 17 de febrero de 2008

EL GOBIERNO SE HACE EL TERCIO

Sobre la Medida del Tercio Superior


Por Agustín Zuñiga Gamarra


En mi barrio, usualmente los deudores se hacen el tercio, para pasar piola y no pagar.

En educación algo parecido está pasando entre el gobierno y la sociedad. Cuando nos quieren demostrar que la medida del tercio superior en los procesos de concursos de plazas para maestros es la propuesta “salvadora”.

Para comenzar, la función principal de la educación, es la formación de personas, capaces de ser ciudadanos excelentes. Es decir no solo trata de adquirir conocimientos (contenidos y herramientas) sino, también, y tal vez lo mas importante, valores para ser ciudadanos.

A la luz de los hechos, no hay duda que los estudiantes que egresan de la etapa escolarizada (primaria, secundaria y universidad) en su gran mayoría, no tienen esas dos competencias en los niveles deseables.

Esta realidad nos conduce a afirmar que el sistema educativo está fallando. ¿Cuáles son los problemas?, ¿ Qué hacer? y ¿ Por dónde comenzar?. Para enfrentarlo ¿Deberíamos hacer el diagnóstico, encontrar los problemas y proponer soluciones, previamente?. Creo que no, pues todo eso, lo sabemos y está super analizado y también se sabe el qué hacer y hasta el cómo resolverlos.

Einstein decía que “no se puede encontrar soluciones con la mente que generó los problemas”, también decía que “es de locos esperar cambios cuando se hace lo mismo”. No se puede esperar cambios positivos cuando desde hace casi 30 años vemos a los mismos eternos dirigentes sindicales de un lado, igualmente, del otro lado a los eternos “sabios” dueños de los colegios particulares llenos de dinero y, también, a los beneficiados indirectos, de todo esto, los ex – ministros de los diversos gobiernos. Todos ellos son los mas vistos y escuchados en TV o radio, tratando este tema. Año, tras año dicen y hacen lo mismo. Y para demostrar lo que decía Einstein el resultado educativo es el mismo, calamitoso, deficiente y deplorable.

Si las soluciones están a la vista, y fueron aplicadas en otros países, tan pobres o peor que nosotros y hoy son ricos, ¿Porqué no se las implementa en el nuestro, ahora que se dispone de dinero?.

No queda otra conclusión tan clara y prístina que: no tienen realmente interés en resolverlo. Alguien me preguntaría con rapidez y desplante altanero, pero: ¿Quienes tendrían interés en que el pueblo siga sin educación de calidad?. Con timidez dentro del pueblo alguien le respondería:

1. Los que se hacen ricos con la proliferación de colegios y universidades particulares.
2. Los que son parte del poder concentrado en la capital.
3. Los empresarios e industriales (nacionales o extranjeros) que pagan bajos sueldos a gente menos educada
4. Los eternos jefes de partidos políticos donde a menos educados es mas fácil tenerlos como base, sin aspiraciones de liderazgo y menos desplazarlos.

A lo dicho, y tomando mas fuerza, gritó, ¿Conciudadanos necesitan mayor demostración a lo expuesto?, creo que no. Sin embargo, para algunos que se quieren hacer el tercio, les recordaré:

1. Si las escuelas y universidades públicas tuvieran los mayores niveles, los padres no enviarían a las escuelas privadas sabiendo que son carísimas.
2. Si las mejores universidades especializadas estuvieran descentralizadas el poder se desplazaría hacia el interior del país y no en grupos y familias capitalinas.
3. Los empresarios e industriales quieren que la mano de obra sea barata, por lo que si se les instruye y educa subirían los costos y eso no les conviene. O peor ejercerían su ciudadanía causando complicaciones.
4. Los partidos son dominados décadas y décadas por las mismas personas, por lo que no les conviene que ingresen nuevos y peor con nuevos conocimientos y mejor preparados. Los cuestionarían, promoverían la cultura crítica. Eso les incomoda. Podrían perder primeras planas y talvez desaparecer. No, ellos nacieron para ser lideres vitalicios. Irrebatibles su palabra es la ley.

A todo ese análisis corto lo atraviesa un eje común que es el centralismo, o mas bien la cultura centralista. Es decir que todo tiene que nacer desde la capital, decisiones, ideas e inclusive líderes. Por ello es momento que en Educación invirtamos la lógica vigente de arriba abajo, del centro a la periferia, del jefe a las bases. Y optemos por el nuevo paradigma de abajo hacia arriba, (en física esto está ocurriendo en nanotecnología revolucionando la ciencia y tecnología) o desde los alrededores al centro o desde las bases al jefe o mas sociológico desde la sociedad civil hacia el estado.

Por ello necesitamos una cultura descentralista que se refleje en la educación forjadora de autoestima, impulsora de las capacidades productivas locales, y orgullosa por sus ciudadanos que nacidos y formados en sus aulas públicas y en su geografía dan soluciones al país y al mundo.

Así que Sr. ministro no se haga el tercio. Primero díganos cuales son la universidades que están en el tercio superior. Luego díganos quienes de los ministros han estado en el tercio superior en sus promociones. O como para dar el ejemplo el presidente exija como valla el quinto superior para sus ministros y viceministros. ¿Cuántos quedarían?.



Lima, 18 de Febrero de 2008

lunes, 21 de enero de 2008

Sobre la Controversia Perú y Chile

La Defensa No Está En Los Aviones Sino En El Conocimiento


Como estará ocurriendo en la mayoría de hogares y reuniones de amigos, hoy no se habla mas que de la defensa y el problema de los límites marítimos entre Chile y Perú, igual ocurre en los programas de radio cuando sacan al aire las llamadas telefónicas. La mayoría, opina con pasión, fogosidad y exaltación, que Chile nos está invadiendo hace rato basados en su poder económico y que en un supuesto conflicto bélico, nos harían papilla. Los epítetos adornar sus propuestas.

Por el contrario, mi opinión, es distante a la de comprar aviones, tanques, e inclusive discutir los kilómetros cuadrados del mar en la zona sur. Por las razones siguientes.

Es sabido que Chile en los últimos años ha adquirido casi 16 aviones F16 de última generación de los EEUU, y barcos de guerra de similares calidades. El presupuesto de la defensa en Chile tiene alrededor de 3000 millones de dólares anuales, contra 1000 de Perú. Una de las fuentes es las utilidades del cobre. De modo que adquirir aviones de 50 millones de dólares o barcos de 100 millones o tanques y otros pertrechos lo pueden hacer todos los años. Mientras que en el Perú no. Por lo que propender a igualarles o superarles en armamentos sería casi imposible.

Los montos de gastos militares en Sudamérica en total, entre los años 1991 al 2000 ascendió al orden de 210 mil millones de dólares. En una región que necesitamos dinero para eliminar la pobreza, mejorar la salud, la educación e incrementar el empleo. ¿Cómo podemos darnos el lujo de gastar semejantes cantidades?. ¿Quién (s) se benefician de estos gastos?. ¿Quiénes venden los armamentos?.

Los países como Corea del Sur y Japón, no tienen fuerzas armadas. Y miremos como han desarrollado en los últimos años (después de la 2da guerra mundial), basándose en el dominio del conocimiento.

Si nos encontramos con un amigo chileno o ecuatoriano, ¿acaso nos peleamos?. ¿Hasta cuándo vamos a seguir manteniendo ese estigma de la guerra del pacífico?. ¿Hasta que nos devuelvan Arica y Tarapacá?. Debemos eliminar ese permanente recuerdo derrotista. Busquemos cuales son los caminos del éxito y la colaboración. Creo que si hiciéramos un referéndum, ambos pueblos, votaríamos masivamente por la paz y la integración. Los verdaderos enemigos son los grupos terroristas y narcotraficantes. ¿Si los pueblos quieren paz, quienes promueven la guerra?.

Los nuevos tiempos caminan en otro sentido. Van por la integración, la eliminación de fronteras geográficas, económicas, porque los verdaderos problemas de la humanidad son globales. La guerra se da o se daría entre sociedades no civilizadas. ¿Creen ustedes que se daría una guerra entre Francia y Alemania, o Italia y España?. No. Allí se superaron los problemas de la segunda guerra mundial que está mucho mas cercana que nuestro conflicto de Perú con Chile. ¿Cuántos kilómetros cuadrados del Perú, lejos de las fronteras, están abandonados sin el apoyo del estado?. No hay ninguna solución buscando el enfrentamiento. Eso solo beneficia a los que promueven las guerras (y venden armamentos) entre naciones pobres y subdesarrolladas.

Mi propuesta es menos dólares para armamentos y mas dólares para la generación de conocimiento integrado y coolaborativo. Construyamos con el dinero de 3 aviones (150 millones de dólares) cuatro laboratorios nacionales, uno en cada región (Sur, Centro, Norte y Oriente), del mas alto nivel, bien equipados. Y allí construyamos proyectos cooperativos con todos los países hermanos.

Por ejemplo si el Laboratorio Nacional del Sur (LNS) está en Cuzco o Ayacucho, dedicado a las ciencias agrícolas y a la biotecnología, podría generar en ellos unos 30 doctores y 100 magísteres en los siguientes 10 años. De manera similar podría ocurrir en los otros LN, produciendo capital humano en campos de gran demanda del futuro. Habríamos hecho mayor beneficio al país que tener aviones apuntando al “enemigo”, años tras año, hasta que se tornen obsoletos.

Por ultimo, si se trata de hacer un gesto de sinceridad, vayamos al terreno en discusión y levantemos un Laboratorio Internacional del Mar compartido por ambos países, para estudiar la fauna y flora marítima y otros recursos, que estarían precisamente en el mar compartido. Dado que los problemas del futuro: energía, agua, y medio ambiente, son globales nos necesitamos mutuamente, preparémonos construyendo conocimiento y ahuyentando las balas y cañones.

Aprovechemos estos momentos de confrontación para reflexionar, justamente en otro sentido. Busquemos actitudes de real encuentro. De integración. Tratemos de acortar distancia y construir en menor tiempo un solo país. ¿Porqué no construir un solo país Perú y Chile?. Siguiendo ese ejemplo podrían integrase Bolivia y Ecuador y aspirar a construir la Comunidad de Naciones del Pacífico Sur.

Por ello, los que creemos en el conocimiento y la paz y no en la guerra, movilicémonos en ambos países, para abrazarnos en esa zona de discordia y construir una sola bandera integrando los colores azul, blanco, rojo y sellemos el llamado a los gobernantes que disminuyan los gastos en armamentos y lo orienten hacia mejorar educación, disminución de la pobreza, mas nutrición de la niñez, mas empleo y mas ciencia y tecnología.

Menos armamentos y mas conocimiento