lunes, 7 de abril de 2008

Promocion de la Ciencia en Provincias

LA CIENCIA EN LA EDUCACIÓN PLANETARIA

Por Agustín Zúñiga Gamarra


Cuando vemos los espléndidos nevados del Huayhuash[1], y los rayos de las tormentas que surcan el firmamento, o las noches limpias con estrellas refulgentes, nos embelesamos de la naturaleza y nos extasiamos del asombroso y maravilloso universo.

¿A dónde comienzan o terminan las estrellas?, ¿De dónde vienen las luces de los rayos?, ¿O porqué tienen hielo algunas montañas?. Son preguntas que nos hacemos desde la niñez, porque tenemos la libertad de jugar no solo con nuestras manos sino fundamentalmente con nuestra mente, sin embargo conforme pasa el tiempo, el niño crece y deja la niñez, ahora es adolescente y luego joven, conforme crecía, sus preguntas se fueron apagando, su ojos mirando lo mismo dejaron de trascender cumbres, ahora ve mas cerca, tanto como se lo permite la escuela o la familia. Así, adulto, sus preguntas no superan la cabina telefónica o la combi repleta de pasajeros, está preocupado por el día a día, las deudas, el trabajo y otros, al fin, se ha convertido en un habitante de habitaciones cerradas, no mas oportunidades para ver estrellas, ni montañas, hoy está “preso” en las “celdas” de cemento, a lo sumo se conecta al mundo vía el computador.

Ustedes me dirán estimada audiencia, ¿Cuándo y porqué comenzamos a tener temor a hacer preguntas?, ¿Cuándo perdimos nuestra creatividad?, y ¿Cuándo preferimos mirar el mundo virtual que el mundo real?. Alguien podría responder, desde cuando iniciamos la escuela. Otro dirá desde cuando nos castigaron por no seguir destruyendo nuestros juguetes. O, talvez, desde cuando nos castigaban por hacer preguntas difíciles a los padres delante de sus amigos.

No importa cuando, lo cierto es que perdimos paulatinamente la capacidad de hacer preguntas. Nos hemos acostumbrado, hoy con la solvencia tecnológica, a hallar respuestas, el computador está lleno de respuestas, no hay máquinas para hacer preguntas. Por eso debemos volver a preguntarnos, debemos reimplantar la cultura de la interrogación, y hallaremos que ellas, traen avances mucho mayores que catalogar y acumular respuestas. Hacer preguntas es tener curiosidad y esa es la esencia de la ciencia, de la investigación científica.

Cuando vemos la naturaleza nos deleitamos con el aroma de las flores, nos regocijamos escuchando el canto de las aves, o gozamos con la danza de un colibrí, todas nos parecen obras perfectas, todas sus partes se sincronizan para dar una totalidad que nos maravilla. Ellas no se presentan separadas, estancas, lo físico, lo biológico o lo artístico. La estructura mas compleja el hombre, también es una unidad. El afán de la comprensión de esa naturaleza, y las limitaciones humanas, llevaron a simplificar las cosas, y entonces se separaron lo material de lo no material. Surgiendo la separación de las ciencias naturales y humanas. Las artes, la literatura, la sociología, la psicología se distanciaron de la física, química y biología. Se nos impuso un universo, un mundo, desarticulado, partido y por ello los problemas los vemos según nuestras apetencias e intereses, y talvez por ello, estamos hoy, con la tierra y la humanidad en riesgo.

Hoy necesitamos mirar a la educación con carácter planetario, comprender que los problemas son globales, pero en esa globalidad lo local se destaca y se complementa. Por tanto la educación tiene que fortalecer la sobrevivencia, la sostenibilidad, la interdisciplinariedad y el acercamiento entre las partes para aceptar que nos necesitamos, que somos complementarios el uno del otro y consecuentemente se debe mirar a la tierra como un todo y en cada una de sus partes reconocer el todo (visión holográfica y planetaria). Así, promovamos la integración entre las ciencias naturales con las humanas y enfrentemos los problemas universales juntos. La casa de la ciencia[2] que presentamos, promoverá esa orientación. Sean bienvenidos todos, también los amantes de la poesía y narrativa, porque ellos también deberán comprender y usar la ciencia y el método científico.

Chiquián, 05 ade abril de 2008

[1] Huayhuash. Nombre de la cordillera que se encuentra ubicada en la provincia de Bolognesi (capital Chiquián), Ancash. Tiene como pico más alto y reconocido al Yerupajá con 6632 m snm.
[2] Se inauguró, el Centro Provincial Interactivo de Ciencia Tecnología e Innovación Para Todos (CECTI), el día 05 de abril de 2008, en la ciudad de Chiquián. El local fue construido por la municipalidad de la Provincia de Bolognesi, y el equipamiento fue adquirido vía un proyecto de cooperación con UNESCO. El acceso es libre a toda la sociedad, particularmente a los niños y jóvenes. En este espacio el saber se aproxima al hacer, menos fórmulas, mas manipulación, menos pizarra, mas entretenimiento.

Centro Interactivo de Ciencias

CIENCIA Y TECNOLOGIA EN CHIQUIAN


Por Agustín Zúñiga Gamarra


Sabiendo que en nuestros pueblos hacen falta servicios básicos como agua potable y alcantarillado, postas médicas, oportunidades de empleo, etc. Pareciera una candidez llevar un Centro de Promoción de la Ciencia, para los niños y jóvenes.

Sin embargo, creo, que en el sentimiento de la colectividad provinciana, subyace el aprecio por la educación. Los padres, saben, y lo declaran, que desearían para sus hijos, una mejor educación. Aun cuando, ellos, no hubieran pasado por la escuela, reconocen que sus hijos necesitan ser educados, para ello deben ir a la escuela, admitiendo así como el único lugar donde podrían aprender a leer y a escribir, “a ser mejores que nosotros sus padres que no pudimos estudiar”, como ellos lo manifiestan.

Cuando hablamos de escuela, nos estamos refiriendo a un ambiente, talvez idílico, donde existe un buen profesor, equipos necesarios para darle soporte didáctico, y para que el aprendizaje sea oportuno, los alumnos están bien alimentados.

Los que hemos visitado algunos lugares del ande, sabemos que esa no es la realidad. Por el contrario, las condiciones mencionadas son las que faltan: es decir nos enfrentamos con malos profesores, escaso equipamiento y los alumnos mayoritariamente están desnutridos.

En esa realidad, ¿ Acaso lo primero no sería llevarle alimentación y después pensar en la educación, o llevarles empleo a sus padres?. La respuesta parece obvia y afirmativa. Primero se cubren las necesidades básicas y luego las otras. Sin embargo nuestra racionalidad, y la confrontación con el mundo actual, nos obligan a ir por otro camino. Por el camino de promover conocimiento, el alimento a la mente.

Cuando llevamos a la niñez y juventud un centro de la ciencia, una casa de la ciencia, no estamos desconociendo la realidad citada. Por el contrario, la enfrenta, y reconociendo que el objetivo central de la educación debe ser aprender a aprender, pretendemos que en la casa de la ciencia, el niño pueda dar rienda suelta a su creatividad, a construir proyectos diversos con sustento científico y tecnológico.

En ese ambiente, el niño fortalecerá su aprecio a la cultura científica es decir a confrontar sus problemas desde la óptica del método científico. Superar los enfoques y métodos de análisis basados en el sentido común o la tradición.

Hoy en el mundo se reconoce que hay carencia de profesionales y técnicos en ciencias, ingeniería y tecnología. Por ello el centro provincial interactivo de la ciencia que se abrirá en Chiquián es una esperanza, que con el aporte de la sociedad chiquiana, residentes y consejo provincial, se convierta en realidad por muchos años.

Lima, 16 de marzo de 2008