lunes, 8 de septiembre de 2008

Una Recompensa Inesperada

Muchas veces hemos oído frases como “los arequipeños son mala gente” o “no son afables”, hoy puedo decir que eso no es cierto. Era la quinta sede que visitaba dando conferencias por la CAF. El primer día –sábado 05/07- los casi 50 participantes habían soportado un trabajo intenso, comenzamos la faena a las 9:00 am y terminamos como a las 19 horas; luego este 2° día, domingo (6/7), de manera similar desde las 9 am hasta las 18 horas. A las 9:25 am, mientras tomaba la prueba de evaluación, di un “salto” hacia un locutorio cercano para comunicarme con Lima y abrir puntualmente el espacio radial dominical del Zaguán de Oro Puquio, donde luego de transmitir a mis oyentes mis primeras impresiones de la ciudad blanca, muy, muy superficial, saludé a los maestros de la provincia de Bolognesi y a los de mi casa, por su puesto, (mi padre, dos hermanas y un cuñado).

En la noche de ayer (sábado), mientras preparaba el mensaje de hoy (domingo), me preguntaba, ¿Porqué solo nos recordamos y los homenajeamos a los maestros de primaria?, ¿Qué de los de secundaria, y peor aún con los de la universidad?. Me di alguna explicación, será porque el niño (primaria) por su edad esta para cuidarlos y tratarlos con mas dulzura y delicadeza, mientras que para los de secundaria, en tanto mas grandecitos y respondones, antes de tener malas experiencias, el profesor solo cumple con su materia y por ende la relación es menos estrecha, esta distancia es mucho mayor en la universidad. Me dormí no sin antes dar muestras de cierta pena y disconformidad al entenderme y reconocerme un profesor de universidad, y por ello talvez, sin motivos para los recuerdos en las memorias de los alumnos.

Así transcurrió el día entre exposiciones frente a la pizarra, indicaciones, respuestas o consultas durante los trabajos grupales. Mientras ellos trabajaban me daba, de rato en rato, un tiempo para salir a la azotea del predio donde estaba el auditorio, y miraba al Misti, altísimo, sin su copo de nieve, sus pendientes de tierra estéril grisácea oscura, incitaban a pensar y preguntarse ¿A dónde radica su belleza?. Si no tiene árboles, ni caídas de agua, ni animales, ni flores. ¿Es eso bello?. Entre esas idas y venidas buscando en el Misti la explicación a su grandeza, comprendí, que su belleza, está en el significado que el arequipeño tiene de él, es el fondo permanente a cualquier foto que se tomaron sus abuelos y toda la descendencia, es el símbolo distintivo de las postales, es la fuente de inspiración de sus poetas y también el cuño de su valentía y radicalismo.

En medio de esos devaneos, de caminatas caóticas, fui sorprendido por uno de los alumnos, con la solicitud de otorgarles unos minutos que ellos deseaban decir algo, siendo tan cortos minutos que se perdería, accedí; pero grande fue mi sorpresa, cuando uno de ellos se dirigió a mi persona a nombre de todos los participantes y entregándome un regalo me expresó “feliz día maestro”, ellos sin saber habían cubierto la nostalgia de ayer y me habían devuelto la alegría de ser maestro o mas ciertamente profesor, a pesar que solo estuve con ellos 2 días, y como ratificando que el arequipeño es grato me colmaron de alegría cuando me dedicaron en coro tres hermosas canciones representativas de esta bella ciudad: Volver, Melgar y Silvia, conteniendo mi emoción agradecí y para mis adentros quedó burilado que los arequipeños son afables, son gente. Viva Arequipa.


Arequipa (aeropuerto), 06 de julio de 2008

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