....... ENSEÑAR COMPETENCIAS PARA EL SIGLO XXI
Ayer sábado volví a las aulas de la universidad para iniciar un nuevo semestre de clases, se abría el ciclo 2007-1. En el primer día, algunos alumnos por primera vez conocían al profesor y viceversa, por lo que cortésmente se cruzaron presentaciones.
- Yo me llamo José Córdova, 8º ciclo. Vivo en Villa el Salvador. Aspiro a seguir mi carrera en Física del Estado Sólido en el extranjero.
- Yo vivo en los Olivos, en San Juan de Lurigancho, en Ciudad del Pescador, Villa Marìa, Carmen de la Legua, ... Mi aspiración es seguir estudios en Cosmología, Ciencias de materiales, Física Médica, Biofísica, Robótica, Física Nuclear, etc.
En esta primera clase, tengo por costumbre presentar el curso dentro de la propuesta integral de lo que es la profesión que aspira alcanzar. De esta manera se observa el gran edificio (la profesión) y dentro de ella qué habitación va a ser visitada durante el desarrollo del curso en el presente ciclo.
Plantear primero el todo (la profesión) y luego ubicar una parte (el curso), permite al alumno, encontrar y definir en primer lugar el objetivo, hacia donde debe ir, y que aspira ser y saber. En segundo lugar le da comprensión de la importancia del curso que va a estudiar este semestre, ¿en qué lugar y nivel de la estructura se encuentra?, ¿es una columna principal, la escalera para el siguiente piso, la habitación principal del primer o segundo o tercer piso?, etc. Este enfoque permite al alumno posicionamiento, identificación, autoestima y seguridad que sigue un camino claro en esa compleja estructura. Estas son condiciones necesarias para tener motivación suficiente para estudiar, perseverar y mantener permanentemente la luz del objetivo que persigue.
Pero el alumno no es un ser ausente del espacio y del tiempo en que vive su país, su región, el mundo, la tierra y el ser humano. El estudia para vivir no el presente que es una ilusión que se convierte en pasado en el instante mismo que llega. El tiene que prepararse mirando el futuro y los escenarios que va a enfrentar. Debe saber reconocer el papel del estado, la academia y las empresas. Ser promotor de desarrollo productivo, gestor de su propio empleo. Tener habilidad para identificar problemas, plantear soluciones, paciencia y perseverancia para resolverlos. Saber utilizar las herramientas y tecnologías del siglo XXI.
Los alumnos de ciencias físicas, por ejemplo, no pueden creer y aceptar que su papel en la sociedad está en devorar libros y finalizar como docentes de universidades estatales. Ganando sueldos deplorables. Tienen que incorporar en su lenguaje y percepción, las competencias de gestión estratégica, prospectiva, productiva y empresarial usualmente cedidas en exclusividad a los alumnos de ingeniería.
Citando al libro de Cristina Mejias, “Los Talentos del Siglo XXI”, señala. “Lo que se busca es gente que pueda pensar tanto cuando trabaja como cuando está en la ducha, de camino al trabajo o durmiendo. Los recursos humanos mas valorizados están siempre pensando en nuevas y mejores formas de resolver problemas, perfeccionar métodos y alcanzar objetivos”. “Hoy, el cambio de eje hacia la calidad de los productos y servicios implica un aprendizaje y una actividad de mejora permanente, obliga a tener una visión de largo plazo y a compartir información con pares y equipo”. También propone algunos criterios para la selección de personal en la actualidad:
- Pensamiento estratégico
- Pensamiento analítico
- Orientación al cliente
- Respuesta a lo exterior
- Orientación a resultados
- Instinto de negocios
- Orientación a la calidad
- Orientación al cambio
- Liderazgo
- Trabajo en equipo
- Capacidad de influenciar
- Desarrollador
Estas son las competencias que la universidad debe entregar y asegurar al alumno. No podemos pretender formar jóvenes del siglo XXI enseñando contenidos del siglo XVIII o XIX con herramientas ultrapasadas. No podemos formar universitarios para que terminen como taxistas. O haciendo colas interminables para pretender trabajos pagados por el estado con escasísimas vacantes. El crecimiento macroeconómico no puede quedar en las grandes empresas extractivas, tiene que ser realidad en los hogares de las grandes mayorías. La educación universitaria tiene que darle a nuestros jóvenes la certeza de éxito, basado en el trabajo y conocimiento adquirido en sus aulas.
Pensamiento del día:
Si tienes planes para un año, cultiva arroz; Si tienes planes para veinte años, cultiva árboles; Si tienes planes para varios siglos, cultiva a las personas (proverbio chino)
La riqueza no depende del dinero que usted haya acumulado. Quien tiene riquezas y no sabe ayudar al prójimo es pobre. Pero aquel que aun teniendo poco o nada, sabe donarse en ayuda al prójimo, este es rico, inmensamente rico. (C. Torres).
Agustín Zúñiga Gamarra
Lima, 25 de marzo de 2007